El Salmo 124 es una joya …

La segunda Estrofa del himno: Señor, mi Redentor y Roca va así: Señor, mi Redentor y RocaDe mi vida fuerte defensorSeñor, Tú eres mi espadaContra el mal, mi escudo protector Mi canción si acechan enemigos Esperanza en medio del dolorMi bien en todo sufrimiento Refugio fiel en densa oscuridad.

Himnos como este nos emocionan porque tienen por lo menso dos afectos sobre nosotros: nos traen a la memoria cuantos veces hemos visto la salvación del Señor en la vida; tanto como individuos como la iglesia, y nos entran hasta el más profundo de nuestro ser; hasta nuestra alma; y estimulan en nosotros una variedad de sentimientos; alegría, lagrimas, valentía en el Señor, y muchos más; y preparan nuestro corazón para adorar al Señor.

Pues, creo que el Salmo 124 tuvo el mismo afecto sobre Israel cuando las tribus subieron a Jerusalén para adorar a YHVH. Y tuvo el mismo afecto sobre los que estuvieron en cautividad después.

La confesión de confianza en el v.8 expresa una orientación hacia el futuro a la luz de la pasada aflicción y salvación que YHVH ha provisto y que los vv.1-7 anuncian. La iglesia suelen expresar la misma confesión los domingos.“¡Nuestro socorro esta en el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra!” Tal confesión nos hace recordar las dificultades y aflicciones y nos dar la perspectiva bíblica mientras que pasamos por ellas.

Nuestro socorro esta en el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra. El Creador de los cielos y la tierra tiene el poder para venir al socorro de sus hijos cualquiera sean sus circunstancias. El recuerdo de nuestras aflicciones y las tantas veces que hemos visto la salvación del Señor en ellas, nos ayuda preparar nuestro corazón para adorar a su nombre. Nos lleva a la confesión …Nuestro socorro esta en el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

Cuando Pablo se acordó de sus tribulaciones y el consuelo que el Señor le dio, confesaba en 2 Co 1.8-10, «Porque hermanos, no queremos que ignoréis acerca de nuestra tribulación que nos sobrevino en Asia; pues fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida. Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos; el cual nos libró, y nos libra, y en quien esperamos que aún nos librará, de tan gran muerte;»

Miramos ahora en Sal 124.1-2 donde el Salmista canta una afirmación de la ayuda de YHVH. La repetición de las palabras, “A no haber estado YHVH por nosotros,” presenta una situación hipotética. Por supuesto YHVH estaba siempre por su pueblo. (Abraham, en el desierto, al entrar en la tierra prometida, los jueces, David, contra Asiria …) Por esto no les habían tragado entonces sus enemigos, ni les habían inundado las aguas (cp Isa 43.1-2). A lo mejor la respuesta a las palabras, “Diga ahora Israel” es la confesión en el v.8.3. El hecho de que YHVH por su gracia vino al rescate de su pueblo, estimula en Israel la confesión de confianza y adoración en el v.8.

Entonces la afirmación de la ayuda de YHVH en los vv.1-2, lleva el Salmista a cantar de dos ilustraciones y el recuerdo de la salvación de YHVH en los momentos más difíciles en los vv.3-5. El vocabulario y las ilustraciones dadas en los vv.3-5 hacen que la sensación del rescate de YHVH sea más gráfica más viva. Las ilustraciones destacan la idea de que los ataques tuvieron la intención de destruir la nación de Israel. Los ataques contra la iglesia tienen también la intención de destruir la iglesia y la fe de los santos (véase He 10.32-39).

Así que en los vv.1-2 el Salmista canta de la ayuda de YHVH. En los vv.3-5 canta de los recuerdos de las aflicciones en las que YHVH salvó a su pueblo. Luego en los vv.6-7 el recuerdo de la salvación que YHVH en su gracia llevó a su pueblo, resulta en alabanza y la acción de gracias.

La respuesta correcta a nuestras aflicciones por las que pasamos es alabanza. La repetición del verbo “escapar” enfatiza la realidad de que YHVH vino al rescate de su pueblo en todos los ataques de sus enemigos. Así que cuando recordamos nuestras aflicciones y cómo Dios siempre nos había ayudo, cantamos unánimes: ¡Nuestro socorro está en el nombre del SEÑOR, que hizo el cielo y la tierra.

El recuerdo de tales momentos ayuda preparar el corazón para dar culto a Dios. Y ahora tenemos la ayuda de Dios en su hijo Jesucristo a quien el Padre designó a ser nuestro Sumo Sacerdote. Jesús, Dios-Hombre, se identificó con nuestra humanidad para que como dice el autor de Hebreos en He 4.14-15, «Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. 15Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.»

Este es las buenas nuevas que la nueva iniciativa de la iglesia protestante en El Ensanche de Vallecas anuncia a todo hombre y mujer; niño y niña.  El mensaje que Jesucristo es el Hijo de Dios que vino para identificarse con los que le aman y para dar su vida en rescate de muchos.

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